lunes, 10 de agosto de 2015

NOVEDADES


Ha pasado mucho tiempo desde el último post y bueno este afán de confesión sigue latente.

1. La vida ha cambiado, misma entidad, diferente oficina, vacaciones después de tantos años.
2. Ese sentido de autodestrucción sigue ahí, sólo que se han incorporado un par de personas y sé que nos iremos todos juntos. El final quizás esté más cerca que nunca.
3. Después de publicar mi primer libro, el segundo está en puertas, mucho más pensado, no tan impulsivo como el primero.
4. Hay personas que me siguen levantando ronchas de sólo saber o escuchar de ellas.
5. Entre el doctorado, el diplomado y el aprendizaje del quechua mi tiempo se ha reducido al mínimo.
6. Del grupo que formamos hace años en el blog creo no queda nadie.
7. Puede ser uno infiel sin ser nada de alguien?.

No se me ocurre nada más hoy.


miércoles, 11 de abril de 2012

RETORNO...

Un retorno matizado de luces y sombras, pequeñas pastillas son:

1. Está en revisión la publicación de mi primer libro de cuentos en co-autoría con amigos (Fidel, Jessica, Romina, Nelson y Fernando)

2. Estoy en pleno proceso de escritura de mi primera novela que estará para finales de este año o primeros meses del siguiente, el título es “Cuando fuimos dioses”.

3. También está en proceso un libro de cuentos, esta vez será en solitario, es un poco más a mediano plazo.

4. Pese a ciertos inconvenientes, está en puertas y proceso de desarrollo, la publicación (esperemos mensual) de una revista literaria artesanal (en co-autoría con Fidel y otros amigos), esperemos que todo vaya bien. El proceso es más largo de lo que piensan.

5. Las cosas con la novia se pudrieron hace tiempo, en el fondo me vale un carajo.

6. Hoy, estoy en proceso de “adaptación” y “conocimiento” con otra persona, no hay prisa, aunque cada uno anda en lo suyo, el tiempo se hace escaso. Compartimos, hablamos, salimos, listo.

7. Concluyendo mi quinto postgrado, dos módulos más y listo.

8. Leyendo “Putas asesinas” de Roberto Bolaño.

9. Retomo el blog, disculparme conmigo mismo por el abandono.

10. Saludos a tod@s los amig@s, los leo siempre.

Saludos

lunes, 6 de junio de 2011

MI HUMANA CONDICIÓN...





MI HUMANA CONDICIÓN…


Gracias por estar a mi lado, cuando más lo necesitaba, apareciste y estás aquí, no importan nuestros mundos individuales o nuestro mundo común, estás aquí, estamos, es lo que importa.

Las cosas nacen de la forma menos pensada y el momento menos esperado. Te dediqué una canción y vos me dedicaste otra, al final del día descubrimos que en el fondo es lo mismo, lo que pensamos, lo que buscamos, lo que sentimos. Quienes me conocen dicen demasiada cursilería, prefiero evitar términos que identifiquen mi actual estado de ánimo, qué sé yo, he decidido llamarlo cursilería, punto.

Cuando dices que me extrañas y me quieres, respondo que también te quiero, grave error, ese “también” le quita fuerza al “te quiero”. No lo había pensado, así que ando buscando una nueva forma de comunicar este sentimiento. Es como entrar a una habitación vacía, sentarse en el medio y esperar, esperar que entres, día y noche, aún sin conocerte, esperar que el cerrojo abra la puerta y verte ahí. Llegaste, entraste y te acomodaste a mi lado sin importar lo que pueda pasar. Olvidémonos del pasado, de lo que creí y pensabas, ahora estamos acá, sentados, viendo pasar la vida delante nuestros ojos, cada amanecer, cada anochecer, qué importa el resto.

Como este confesionario es mío y sólo mío, me tomo la libertad de decir que atrás hay cosas que me avergüenzan, me provocan escalofríos, espacios tan amplios que hoy al darme vuelta me pregunto, ¿cómo no caí si la altura era tan grande y el vacío infinito?, quizás porque estabas del otro extremo esperándome, no te conocía pero sabía que estarías allá. Dicen que al final del túnel hay una luz, tú eres esa luz y sin darme cuenta, me acompañaste desde el inicio.

Anoche te leí mi último cuento y preguntaste si todos son así, tengo que decir que si, todos terminan así. Soy diferente, dices, no lo sé, la pinta, la forma de pensar, diste muchos ejemplos. Tú eres mía, ése es mi ejemplo.

Te extraño cuando no estás (y también cuando estás).

Eso puedo escribir, eso me permite mi humana condición.


martes, 12 de abril de 2011

OCHO


1.

Cuando estamos juntos a veces no pasa el tiempo, se detiene y permanecemos sentados mirándonos frente a frente, pensando que la vida es injusta, cada uno debería estar con otra persona, alguien a quien querer de verdad y que nos quiera de verdad. A veces me la imagino sentada, no sé si es ella o es sólo mi imaginación. Esta mañana ya no estaba.

2.

Levanto la vista y veo un par de nubes plomas oscuras y un reflejo que pasa a través de ellas, como cuchillo clavándose y desangrando hasta matarlas por completo. Es el mismo efecto que ella tiene en mí, o tenía en mí, o tiene en mí, o tenía en mí...

4.

Quisiera haberle escrito un cuento donde el final sea incierto. Parecería que terminamos juntos pero en las últimas líneas discutimos y mandamos al diablo todo, ella se va y yo me quedo. PD: ella vuelve y yo me voy. PD2: Fin

7.

Anoche lo hicimos dos veces, hasta quedar exhaustos, luego nos dijimos adiós, esta vez es para siempre porque se ha llevado su cepillo de dientes y la cadena de oro que estaba en la mesa de noche.

8.

Escucho Welcome to the jungle de los Guns y estoy solo frente al computador, pensando que la vida es una mierda, que la extraño pero la prefiero lejos, fuera de mi vida. Todo es una mierda, no hay excepciones a esta regla.

9.

Esta noche saldré al pasillo y fumaré un par de cigarros, tomaré un whisky y la llamaré a Carla pensando que a ella si la necesito, es mentira, pero le diré que la necesito. Nadaré un rato al dar las once y cuando sienta frío me echaré en el cemento frío esperando quedarme dormido y amanecer así, bajo la lluvia que ha de caer de madrugada.

12.

Leo un par de cuentos y me pregunto porqué no puedo escribir igual, concentrarme en lo extraño de este mundo y contar los números del uno al diez, deletrear el alfabeto y repetir las vocales hasta cansarme y vomitar mi hastío en silencio. Se me hace tan difícil escribir un par de frases coherentes y más entender las tres ideas locas que se me ocurren cuando estoy sobrio.

15.

No quiero entender nada de quienes no entienden nada sobre mí. Simple.


martes, 15 de marzo de 2011

TRILOGÍA NATURAL

PORQUÉ HE DECIDIDO DECIRTE NO

Han pasado cuatro meses que estamos lejos porque así lo has decidido.

Nos hemos visto el pasado miércoles y dijiste que me quieres, que me extrañas, que con él las cosas son distintas, que a pesar del tiempo aún piensas en mí de noche y que muchas veces has agarrado el teléfono, has discado y escuchando mi voz… colgaste.

Creíste tenerme a tu lado siempre, a pesar de los días nublados, de la lluvia durante fines de octubre, del frío los primeros días de noviembre, cuando dijiste que ya nada importaba y que junto a él tenías una nueva vida. Ahora dices que me extrañas, que me quieres, que no debemos mirar atrás, que olvidemos el pasado, que te de un beso y te abrace, que esta noche miremos las estrellas, que piense en ti antes de dormir y que mañana tomemos un café.

Cómo quisiera que todo pase así, fácil, rápido, despertar y pensar que nada ha sucedido realmente. Gracias por todo, he decidido decirte: no.


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CUANDO NACE EL MIEDO

Hace poco más de un mes he empezado a ver sombras y bultos que flotan por mi depa, al principio la curiosidad de saber que algo raro está pasando me llevó a pensar que algo anda mal en mi mente o en el mundo o en la ciudad o en el barrio o en esos seres que aparecen.

Hace poco menos de una semana he empezado a escuchar voces, no sé si en mi cabeza o en el espacio que habito, niños jugando y riendo y gritando y hablando, están ahí dando vueltas mientras desayuno, mientras ceno, cuando veo las estrellas echado en mi cama con la cortina abierta, pregunto lo que quieren, no responden, siguen jugando.

Esta mañana desperté a las dos de la madrugada porque alguien decía mi nombre, salí a la sala y sólo estaba la sombra de la noche. Algo está mal, mal está algo.


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NO HAY OPCIÓN

La soledad no es una opción, es algo irremediable, estoy acostumbrado.

En esta vida, todo, absolutamente todo tiene fecha de caducidad.

martes, 15 de febrero de 2011

EN LO ALTO... LA LUNA


Lo peor del paso del tiempo no es el recuerdo, es el olvido.
Si te refieres a ella, no sé qué te lastime más, pensar si aún la quieres o saber que nunca estuvo ahí.
Ambas duelen.
En este caso tendríamos que ver cuál duele menos.
Tendría que no doler para estar bien conmigo mismo.
¿Y ella?
Ella está bien.

Hace frío, una canción de Arjona me recuerda “…se nos muere el amor, ya no nos queda nada, se nos muere el amor…”. Anoche, sentado frente al televisor, idiotizado, sin saber si encenderlo o ver esa pantalla ploma donde mi mente ha dibujado un par de siluetas que están de espaldas, ella sosteniendo un vaso y él, un reloj, pienso si a pesar del tiempo he logrado olvidar su rostro, su figura, su perfume. Cada nota que produce el oscuro de la noche es una daga que se clava en la memoria.

Van cinco días (con sus noches) que no ha parado de llover, afuera las gotas se estrellan contra el piso y esas figuras geométricas se deshacen en el cemento, se han formado charcos de agua en las aceras y en el centro flota un barquito de papel que alguien ha dejado (quizás) cuadras arriba. Un gato está debajo un árbol lamiéndose la pata izquierda, mira el cielo y después avanza despacio, ve a los costados y antes que caiga el siguiente rayo, trepa el muro de ladrillo y se dirige a la casa del frente, no voltea la cabeza pero sabe que lo estoy viendo, salta unas ramas y se pierde.

¿La olvidarás algún día?
Quizás.
¿Pensaste viajar?
Por el Mediterráneo, los Alpes o la selva, ella seguirá ahí.
Necesitas alejarte.
Por donde vaya ella me sigue.

No existe la receta única para una tarde lluviosa, caminar mientras las gotas te inundan la cabeza con ese frío que ahoga, sentir que por la punta de los dedos escapa esa tibia sensación de soledad, los pies descalzos sintiendo el lodo que se forma en el camino de tierra por el que voy. En las casas las familias sentadas alrededor de la mesa cenando, él la abraza, ella le dice a la niña que vaya a la cocina y coloque unos vasos, en sus ojos está la calidez de las palabras que hace tiempo las tenía yo mismo en un invierno cualquiera. Se detiene un auto y pregunta, ella, que conduce, si estoy bien, si necesito ayuda, todo bien gracias, sube la ventanilla y viendo de reojo el retrovisor continúa. Su mirada perdida me dice que quizás está sola y ha salido a dar un par de vueltas por la ciudad, quiere pensar en su soledad, la familia lejos, las nubes oscuras en lo alto, no tan alto porque si alzara los brazos las tocaría, lo suficiente para evitar que la luz del sol llegue a sus cabellos que a pesar de todo están mojados.

El problema no es ella, soy yo.
Entonces hay un problema.
Siempre lo hubo, con ella y sin ella.
Ahora ya no hay problema porque estás solo
No sé que me afecta más, ella o su ausencia.

Cuando creo ha de terminar cierro los ojos y me pregunto si la vida es obra de Dios o del diablo. Han pasado dos, tres, cuatro horas, aún veo el reflejo de la última casa en la ciudad, camino sintiendo en la planta de los pies el frío del agua y las piedras que se arremolinan en las veredas cercanas, a lo lejos un par de estrellas brillan mientras las nubes se deshacen con el viento que recorre impasible hacia el sur, la noche muestra su cara más triste, aún falta mucho por seguir, recuerdo el televisor apagado, las siluetas que están de espaldas, hay algo que he empezado a olvidar. La luna ha salido en lo alto.